miércoles, 17 de febrero de 2016

¿Subconsciente o Inconsciente?

              Estamos en lo que a mí me parece un mundo totalmente equivocado o loco, según se mire, donde se han perdido las verdades y nos peleamos con la mentira. No estoy hablando de política, ni gobiernos, ni las noticias de la televisión, hablo de las personas, de cada una de ellas, de nuestras ideas del mundo que ni siquiera son nuestras, hablo de la lucha personal con uno mismo por obligarse a ser lo contrario de lo que se desea ser. Porque seguir a tu corazón te dicen es la forma más fácil de fracasar en el mundo, tanto y tanto nos han repetido y enseñado esa premisa que cuando uno intenta crear su mundo ideal, lo hace desde la idea del fracaso. Lo peor de todo, empiezas a crear tu mundo perfecto con “afirmaciones positivas”, crees en todo aquello que se habla de que así será la forma de que todo salga bien, y nos estamos equivocando todos.

            Las afirmaciones positivas solo te llevan a la desesperación siempre y cuando, no las creas realmente, ¿crees que tu cerebro es tonto y no se entera de nada? Hablemos del cerebro, pero no ese cerebrito que todo lo explica, todo lo analiza, para todo tiene una respuesta, no vamos a hablar de esa vocecilla que cuando habla te cabrea. Vamos a ir más allá, voy a hablar de esa parte desconocida del cerebro al que llamamos “inconsciente”, lo primero voy a apuntar la definición de inconsciente para el diccionario

Inconsciente: 1. Persona que ha perdido el conocimiento y generalmente también la capacidad de percibir y darse cuenta de lo que le rodea.
                             2. Persona que obra de forma irreflexiva e imprudente o que no mide las consecuencias de sus actos ni el riesgo que comportan.

Conexiones neuronales
            Y ahora digo yo, ¿cómo podemos llamar inconsciente a algo tan maravilloso y espectacular como es el cerebro?? Y nada menos, lo llamamos a la parte del cerebro que nos mantiene con vida, el que nos hace respirar, el que controla los latidos del corazón, el que se encarga de la digestión, de la circulación de la sangre, de la tensión….de luchar contra los virus…no pudieron encontrar un nombre peor para el milagro de la vida. Lo hemos destrozado tanto tanto que hasta cuando te habla tu pequeña vocecilla del interior y te dice qué es exactamente lo que quieres hacer, nos imaginamos a un demonio pequeñito hablándonos, y le damos la autoridad de maligno y despiadado. Desde luego que estamos locos a un nivel superior, espero que esto tenga solución!

            Así que descarto totalmente la palabra inconsciente para definir la magia de la vida, examinaré la palabra “subconsciente” haber si se aproxima más a lo que quiero decir;

Subconsciente: Antiguo término utilizado para referirse al inconsciente, a lo débilmente consciente o a lo que se encuentra por debajo del umbral de la consciencia, resulta difícil alcanzarlo por la consciencia o está definitivamente inaccesible.


            Bueno, no estoy de acuerdo en que se encuentra por debajo de algo, más bien, creo que el subconsciente es la parte más grande y perfecta de nuestro cerebro, y es gracias al consciente que lo estropeamos todo pensando y analizando cada situación y cada sensación que tenemos. Lo demás si es verdad, es cierto que, aunque estén las dos partes en el mismo cerebro y están unidas, no saben mucho la una de la otra, es correcto decir, que el subconsciente no entiende, no analiza y no tiene sentido del humor, con lo cual, ni siquiera tiene idea de la vida que llevas ni a quien estás interpretando que eres. O quien quieres ser, a él no le importa, solo te da lo que cree que tú quieres tener. Entender la forma de cómo funciona esa máquina maravillosa, te hará ver un mundo nuevo, un nuevo tú, derrumbar todo aquello que no te gusta sentir o hacer, y polarizarte a lo que quieres o te apetece hacer. 

lunes, 4 de enero de 2016

En el Interior

     Cuando veo Alicia en el País de las Maravillas me maravillo acerca de todo ese mundo interior, esa mente inconsciente que vive ajena a nuestra propia realidad, donde todo parece una locura y un mundo al revés, y sin embargo, es lo que es, y hay lo que hay, un mundo al que le damos la espalda, del que nada queremos saber ni entender y muy a pesar nuestro, es exactamente el que dirige nuestras vidas. Es en ese mundo mágico donde debe empezar la transformación, es donde debemos sumergirnos a conocer los miedos y los deseos que gobiernan nuestra vida, es donde debemos reconocer quienes somos y liberarnos de las ataduras de lo que nos enseñaron a creer desde pequeños.
     Todas las ataduras son ficticias al fin y al cabo, son mentales, pero eso ya lo sabemos, nadie anda con grilletes por el mundo, al menos grilletes físicos claro está. Hay diversas formas de liberarse, hay quien lo intenta a lo largo de toda su vida y no lo consigue, una y otra vez le pasan las mismas cosas sin encontrar la forma de cambiar, la resistencia a que les vuelva a pasar lo mismo, es lo que mantiene las cosas como están. Hay quien dice que "se acabó ser un títere" y consigue la liberación sin más, cambia absolutamente su forma de ver las cosas y de actuar, y consigue cierto control sobre su vida. Una forma extraordinaria de realizar un cambio radical es a través de un golpe a tu propia identidad, a través de dificultades horrendas y desesperantes, puede ser por un accidente que te cambie tu propia existencia, o incluso a través de una enfermedad que pueda llegar a ser mortal para tu propio cuerpo.
     Ahí es donde aparece el mismísimo espíritu de supervivencia que hace tambalear toda tu existencia, tu forma de ver las cosas, tu forma de amar, tu forma de actuar y tu forma de canalizar tu pasado. Incluso tu forma de ver y entender tanto tu presente con lo que pudiera ser un futuro ¿Pero realmente haría falta llegar a algo tan radical? ¿No puede haber una forma más tranquila y civilizada de cambiar las cosas? ¿Cómo ver la luz cuando andamos sumidos en la más absoluta oscuridad? ¿Y si todo lo que creo que veo lo estoy viendo desde el punto de vista equivocado? Eso lo cambiaría todo, son procesos que ocurren a lo largo de nuestra vida, cuando nos enteramos de cuestiones que eran desconocidas para nosotros, y donde habíamos hecho ciertos juicios, de repente, desaparecen para dar paso a otros juicios totalmente distintos.
     El mundo de la mente inconsciente es loco y sin sentido para nuestra lógica, y lo mismo sucede al revés. La forma de comunicarse con el inconsciente es sencilla cuando aprendes a manejarla, se trata de hacerlo a través de la imaginación y dejando de lado los juicios y los pre-juicios, esto es lo más difícil, hablar sin emociones, porque para todo tenemos emociones, para cada palabra, recuerdo o imagen, con lo cual, expresar exactamente lo que queremos decir a veces resulta, casi imposible, pues enseñamos lo que deseamos o lo que no deseamos con una carga emocional que nuestro inconsciente no entiende, ni se preocupa en entender. Al fin y al cabo, ese no se su cometido, la mejor comparación de la mente inconsciente es con un ordenador, donde hace lo que tu quieres sin cuestionarse nada, por lo tanto, si no lo haces bien, puedes pasarte horas frente a un ordenador dándole a todas las teclas sin conseguir lo que quieres, llegas a desesperarte y acabas cabreado con el ordenador, cuando no es que no funcione, es que no lo estás haciendo bien.
     Yo siempre lo asemejo a abrir el Power Point y querer escribir un documento, para lo cual necesitarías abrir el Word, así que, te puedes pasar horas, días, meses intentando usar el Point como un Word, hasta volverte loco, desesperarte y tomar la decisión de que tu ordenador está mal o no funciona, o tiene un virus, sin darte cuenta de que el ordenador (inconsciente) es perfecto y funciona de forma exacta. Esta me parece la mejor forma de explicarlo, mucha gente se cree que cuando hace las cosas mal, es porque su inconsciente les ha traicionado, (MAL) o que su corazón les lleva por el camino que no desean (MAL), todo funciona, exactamente de forma perfecta, la cuestión es que a todo le damos razones, y ahí no hay razones. Analizarlo todo sin juicio alguno, sin límites mentales, sin prejuicios, esa es la cuestión, sin el "qué dirán", o "hacerlo estaría mal" o "cómo voy a hacer eso, creerían que me he vuelto loco".
     Vivir a los ojos de los demás, es lo más agotador que existe. Y sin embargo, así es como vivimos todos, sí todos, aunque creas que no te importa lo que otros digan, siempre existe un momento de silencio y paz, donde tu interior reconoce, que vive de acuerdo con cierto cánones sociales. Hasta en esto hay que liberar los juicios.

Deseo Libertad!!

     Quiero dejarme llevar por mis emociones, sin juzgarlas. Si amo, amar al límite, y si odio, odiar sin más. Cuando no entiendo qué está pasando en mi vida, pues aceptar que no lo entiendo y que quizás jamás lo entenderé, y continuar esperando lo mejor de todo. A veces, lo mejor que me suceda a mí puede ser lo peor que me pueda pasar desde el punto de vista de otro. Para la araña una bendición, para la mosca el fin de su existencia, ¿Acaso importa eso? Lo que yo creo que es mejor o peor para mí, a veces, también es erróneo, la cuestión es continuar caminando siempre y disfrutar de  las emociones, al fin y al cabo, ¿no es eso lo que nos hace sentir vivos?

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Creo que jamás he amado.



              Nunca me he dejado querer más allá de mis límites, nunca se podían pasar de la medida que yo misma me impuse, contaba esta regla tanto para mí, como para los demás, no podía dejarme querer, eso habría hecho derrumbar mi mundo interior, un mundo donde estaba sola y a salvo, siempre he pensado que estando sola el daño o el dolor del amor nunca me impregnaría demasiado. A veces me pregunto, quien me habrá hecho tanto daño o traicionado de tal manera para que haya puesto muros interminables entre el mundo y yo. Y lo peor de todo, es que cuando me lo pregunto encuentro rápido la respuesta, una traición, un abandono, un gran dolor. Empezaré contando que no fui ni mucho menos una hija deseada, dicen que fui un error, con lo cual, desde casi el mismo momento de mi concepción ya estaba siendo ignorada y después una vez descubierta, fui rechazada por montones de razones absurdas pero válidas para la razón humana. ¿Y qué podía hacer yo? Seguir adelante a pesar de todo, deseando vivir, aunque no fuera aceptada. Esto que parece una tontería, no lo es en absoluto, a veces intento imaginarme la huella en mi mente inconsciente de este hecho vivido y por supuesto, no recordado, y veo que es un tema tabú, es como si no pudiera acceder a la información, quizás no conectándome con ese sentimiento no vuelvo a sufrir más, o tal vez, los muros realmente estén ahí. No puedo imaginarme, una criatura inocente y mágica como yo sintiendo el rechazo de la vida, y lo peor aún, reconocer que nadie me quería aquí, quizás ese sea mi primer rechazo, mi primer dolor, mi primera incomprensión, y en el fondo y aunque no me guste oírlo y mucho menos decirlo, es parte de mi, quizás soy lo que soy y como soy debido a esa vivencia. Por eso me paso toda la vida intentando ser aceptada y querida, a veces pienso, que no tengo metas en la vida, porque mi única meta que es válida para mi mente inconsciente, es la de ser aceptada y querida por todos aquellos que me conocen y están en mi entorno.
            Esto mismo me produce una pena y una tristeza inmensa, de hecho, siempre he sentido pena y tristeza por todo, pero sobre todo de mi misma, de mi vida y  a veces de mis pensamientos. Miro y miro a mis padres, y solo hay una voz en mi interior gritando que “no te quieren”, tengo la sensación de que con el tiempo se han acostumbrado a mí y han llegado a tenerme cariño, pero que no me quieren es una de las cosas más claras que tengo en este mundo, tan claro como que existe la ley de la gravedad…! Es de locos, pues luego pienso que yo sí que me quiero, pero también es mentira, lo que dice mi mente inconsciente a gritos es que “tengo derecho a vivir”, otra vez un pensamiento triste, qué pena! Pero no me dice nada de que haya gente que me quiera, eso me lo dice mi mente consciente, a parte de la gente que me rodea, que me quieren mucho, por lo tanto, no me sirve de nada, la mente consciente es la “razón” de lo irrazonable!!!


            Tengo un concepto maravilloso de mi mente inconsciente, esa a la que se le suele echar la culpa de todo, si es un acto inconsciente, parece que es que está mal hecho o ha sido un error, y no es así, el inconsciente es lo más grande, poderoso y maravilloso que existe en este mundo. Jamás comete errores, es perfecto, solo que nunca le escuchamos, ni le entendemos, ni podremos entenderlo al no ser que le miremos sin “la razón” que nos suele entorpecer la visión de lo que es real y mejor para nosotros mismos. Entonces le echamos la culpa al corazón, a los sentimientos, y volvemos a equivocarnos, aunque no se nos puede culpar de eso, ya que esto viene de muy atrás, estamos en una sociedad donde vale oponerse al corazón y maltratarlo por encima de todo, sin saber, que el corazón es lo más maravilloso y humano que tenemos, y no hay que bloquearle, hay que dejarle amar, soñar, enfadarse, odiar….y todo lo demás. El problema es que le juzgamos “conscientemente”, es decir con la razón de lo irrazonable, la conexión entre el corazón y la mente inconsciente existe incluso aunque nos neguemos a ello, no hay que entender ni razonar lo que sentimos, se siente sin más y ya está. Si odio y me niego a que mi corazón odie, odiaré más y más, porque le estoy dando vida al odio, le estoy prestando atención y le estoy razonando, y evidentemente, no existe la razón a nivel inconsciente. Así que es de locos y tontos, y así nos va como nos va y así estamos…como estamos.
            Pero quiero continuar hablando de mí, cómo le digo a mi inconsciente que me quieren o que me quiero, que al final es lo mismo, ¿se tratará de respeto hacia mis sentimientos y emociones? Pues se lo he intentado hacer ver de mil formas distintas, y al final, parece que ninguna funciona. Y si dejo de hablarle, enseñarle e interpretarle lo que deseo, y acepto tener ese programa de que nadie me quiere en verdad…quizás así deje de encender el grito de “tengo derecho a vivir”, porque ese ya le tengo, tengo todo el derecho, y si estoy aquí y ahora, es porque debe ser así, nada es al azar en este universo mágico, quizás ese mismo programa es el que me ha llevado a este momento, a estas letras y a ver la vida como la veo hoy. A ser quien soy, pues yo me veo absolutamente grande, poderosa y fantástica, aunque no me “quiera” ni me deje querer, de hecho creo que todo lo que me pasa que no me gusta, se debe a ese único hecho de intentar mantener la distancia con el amor e incluso con el odio, al final, creo que son lo mismo, dos enormes emociones que condicionan nuestro mundo. ¿Y si me dejo amar y me amo, que es lo peor que podría pasar? ¿Qué muera de amor? ¿Qué sienta amor y odio al mismo tiempo? ¿Qué me hagan más daño del que me hago yo misma? Esto mismo no creo que sea posible, porque adoro sentir amor, lo siento en cada mirada, en cada gesto, en cada sonrisa…¿y si me sonrío? ¿Me amaré? Tal vez, si respeto mi inercia de no amar, porque duele, y me sonrío pueda amarme completamente.           
            Respetarme, lo hago, y muchas cosas las hago o las dejo de hacer, por respeto a mí misma y a mi persona, pero quizás el respeto necesita más amor. Quererme lo suficiente y más aún, lo que ocurre, es que el amor atonta y te hace hacer cosas que realmente no son convenientes para ti, te pone en esa “ensoñación” que cantaba La Bella Durmiente, y es que es como cuando bebes una copa de más, pierdes el norte y no controlas. Eso es lo que me gusta a mí, controlar todo y a todos, saber que están pensando y darles la respuesta correcta para que sean y piensen como yo, que tremendo error, eso desde luego no es amor, es control y es egoísta, y el amor no puede ser egoísta, es todo lo contrario, si me dejo amar y me amo con todo mi ser, ¿dejaría de ser yo misma para ser una versión atontada y perdida? Quizás ese sea mi miedo, o al menos el más real y lógico que encuentro, aunque en el amor no existe la lógica para nada.
            Sí sé que seguir como hasta ahora me da una estabilidad y tranquilidad total, porque controlo cuanto quiero y a quien quiero, eso es lógico y egoísta del todo, a veces me dan ganas de darme un capón para despertar de mi tontería, ¿y si me descontrolo? ¿Qué podría pasarme? Sí, salir de mi zona de confort, descubrir de nuevo el mundo, soltar el control y el egoísmo injusto para pasar a ser libre y más alocada aún si cabe. Me encuentro con miles de razones para seguir en mi zona de confort y quizás un par de ellas para salir al mundo y verle con otros ojos. Incluso creo que mi exceso de peso se debe exactamente a esto mismo, a protegerme de sentir lo incontrolable, al fin y al cabo para eso está la grasa en las células y en el cuerpo, para protegerlo, y puesto que la mayor parte de mi grasa está en mi tripa y mi estómago, tiene mucha lógica. Todas las emociones las siento en el estómago, y mis tripas es donde se digiere todo el alimento, bueno, mi inconsciente no sabe si es alimento físico o emocional, está claro que no quiero digerir mis emociones, quiero controlarlas, tantos años protegiéndome…y resulta que es de mí misma, no es por mis padres, ni por mis hijas, me protejo mi zona de confort, con este sobrepeso me aseguro que nadie se acerque demasiado, son mis barreras. ¿Y si me quito las barreras?? ¿Qué podría pasar? Dejarlas escapar es como salir desnuda a la calle en pleno invierno, solo de pensarlo se me remueve el estómago, evidentemente y me muero de frío, que angustia!
            Sé que limito mi amor en todas las fases de mi vida, incluso con mis hijas, amarlas demasiado me parecería estúpido, pues todos somos prescindibles y además me puedo sentir traicionada por alguien a quien amo demasiado, y eso me resulta imposible incluso de imaginar. Después de mi gran desamor en mi concepción, tuve alguno más, supongo que no había aprendido lo que debía aprender… cuando iba a cumplir 5 años nació mi hermano, debió de ser para mí lo más horrible que podía pasar en mi vida, pues fui apartada, humillada y despreciada, no podía acercarme a mi hermano, pues todo lo que se me ocurría hacer era hacerle daño, es una etapa que tampoco recuerdo bien, aunque sí se han encargado de recordármela durante años, vaya cruz, bien merecida, en vez de aprender a ser yo misma sin depender de mi madre, se me ocurrió arrinconarme y no encontrar la salida, dicen que dejé de comer hasta el punto de ir deshidratándome poco a poco, y no consentía en comer nada, el médico le dijo a mi madre que me mandara lejos de mi casa, así que, me trajeron unos meses en casa de mi abuela, tampoco recuerdo eso, aunque dicen que aquí fui muy feliz, me recuperé y anulé el dolor, bueno, al menos el más fuerte, y seguí con mi vida, sin prestar atención al dolor y sanarlo. Y de nuevo, con los años volví a sentir la traición del ser amado, mi madre me destrozó la vida usando todo aquello que sabía de mí para hacerme daño, esto duró un año, y me volví a quedar indefensa ante la vida, por lo tanto, volví rápidamente a mi zona de confort, a mi rincón y a llorar y rabiar con el dolor de la traición, el abandono y el “nadie” me quiere. Es curioso, que en todas las ocasiones la causa del dolor provenía de la misma persona, mi madre, seguramente fue mi mejor maestra en esto, creo que la vida o el universo querían hacerme fuerte, enseñarme lo que es el amor, más allá del dolor y el miedo, y lo único que supe hacer es esconderme, cubrirme y taparte la cabeza para que nadie me hiciera más daño, sin aprender a levantarme y decir “yo primero”.
            Me resulta curioso cuando la gente habla de sus desamores, de hombres o mujeres que les hicieron mucho daño, y después de aquello no quisieron volver a amar, pues los míos sucedieron con mi madre, jamás permití a ningún hombre o mujer hacerme más daño del que ya había sufrido. Así que he vivido con una barrera asombrosa e infranqueable, por un lado me resulta triste decirlo, por otro lado puedo recordar cualquier vivencia sin demasiado dolor, protección al fin y al cabo, lo que ocurre que esa protección no me deja vivir libre, siempre encuentro una excusa para no amar ni dejarme amar demasiado, soy una gran artífice en eso, las cosas dejo que sucedan hasta un punto, llegado a ese punto, la barrera se encarga del resto, suelo perder el interés en las personas o cosas de las que creo me estoy enamorando “demasiado” para mi baremo.


            Un rollo, si señor!, un rollo que te pasas, pero aprendí a amar más a las barreras que lo que nunca me amé a mí misma, pero eso ya se ha terminado, se acabó, no quiero vivir así, sin ser todo lo que podría llegar a ser, sin amar todo lo que podría amar. Es mi obligación, y la acepto, de amarme tal y como soy, con el riesgo a traicionarme y abandonarme si se da el caso, y a no odiarme por ello. Es mi derecho, abrir mi corazón para dejar pasar a través de mí las emociones, el amor, amarme como nadie jamás ha amado sobre esta Tierra y en esta dimensión. Mirarme como si fuera la única persona que puede darme la felicidad y la totalidad, completarme aceptando todo lo que soy, lo que hay en mí y pretendo negar. Viéndome más allá de un cuerpo y una interpretación de mí misma, viéndome con el corazón libre. Perdono y amo cada parte de mi que se ha encargado de mantenerme “a salvo” del dolor, agradezco mi zona de confort que me ha enseñado la ganas que tengo de salir corriendo de ella, y por más que la haya amado debo decirla adiós, pues nuestra relación tal cual era hasta ahora, ha terminado, se que después de esto no volveré a ser la misma de siempre, y en parte me da tristeza y en parte me da alegría, me quedo con las dos no voy a decidir cuál emoción es mejor ahora, necesito la tristeza para decir adiós y sentir que realmente una parte de mi ha desaparecido, y por otra parte ha aparecido la alegría y la emoción de no saber qué pasará a partir de ahora, cuanto se puede amar y dejarse amar, tumbadas las barreras, cualquier cosa puede pasar…
            No llevo ninguna visión de lo que será mi vida a partir de ahora, solo sé que me comprometo a dejarme llevar al mundo del amor sin límites, si me vuelvo atontada quizás sea mejor así, siempre sentí el amor como encerrado en una caja, mucho amor, demasiado amor y tan guardado…que al dejarlo volar y soñar no se qué pasará conmigo ni con mi entorno. Jamás nadie podrá medir el amor y su magnitud, pero es tan mágico que te puede hacer perder el rumbo para encontrar uno nuevo, por lo tanto, abandono mi amor “encajonado” y me lanzo a una nueva vida, donde no se podrá controlar el amor, ni el odio, ni lo que puedo sentir por mi misma o por los demás, creo que el verdadero amor lo he sentido siempre solo desde dentro de mi cajita, donde era libre y a la vez estaba controlado y atrapado, ese mismo amor sale para expandirse, tenerlo dentro de mi me va a volver loca del todo. No importa si el amor pudiera conllevar traición y abandono, mientras yo me siga amando en mi totalidad, sentiré la traición como un acto de amor y respeto hacia mí misma.
            A veces, amamos a quien debemos dejar marchar. Por más que me cueste entenderlo, este es un acto de amor supremo, hacia mí misma y hacia la otra persona. Esto también es parte del amor pues él encierra todo aquello que se puede llegar a sentir, lo bueno y lo malo, pero si lo entiendes como realmente es, que es parte del amor, podrás superar todo, absolutamente todo lo que te sobrevenga.
            Bien, allá voy!!! Que nervios la verdad…..





jueves, 16 de julio de 2015

Te presto mis ojos

            Dicen que la vida es injusta, dicen que la vida es triste, incluso que es una mierda, que solo venimos aquí para sufrir. Y yo por más que miro y miro, no lo veo, respeto todo nivel de pensamiento, pero no puedo dejarme llevar por la mayoría, porque para mí están totalmente equivocados.
            La vida no es un camino de rosas, si por ello interpretas que todo te va a salir a la perfección y nunca vas a sentir miedo, odio, rabia, rencor, tristeza o desesperación. Pero es que necesitas sentir todo eso para poder hacer cambios en ti. Las situaciones de la vida no son ni buenas ni malas, simplemente son situaciones, y tú mismo las interpretas para bien o para mal, depende de tu interpretación así sentirás las emociones, y todo esto en conjunto harán la forma de ver la vida. Y ni siquiera cuando hablamos de sentimientos estamos juzgando bien, porque las emociones no vienen con el pensamiento consciente, vienen de dentro, desde lo más profundo de tu ser, vienen y muchas veces no sabes ni de dónde vienen ni por qué, simplemente las sientes, son resortes que brotan de tu mente inconsciente. Hay veces que las justificas (error) y otras las niegas (error), porque no son políticamente correctas en el mundo en el que vives, y determinas que  jamás las puedes controlar. Con lo cual, ¿es realmente la vida tal y como la siento? ¿O es tal y como la pienso?, y me pregunto, ¿por qué la mayoría de las veces no están ni siquiera en consonancia las emociones con los pensamientos?
            ¿Acaso algo en mi no funciona bien? ¿Esto será un principio de locura? Si están desconectadas mis emociones con mis pensamiento conscientes, ¿qué es lo que está pasando? Al evolucionar el hombre hasta el día de hoy ¿no pudo encontrar el botón o el programa que conectaba las emociones con el pensamiento (corazón y mente)? Si esto lo miro desde esta perspectiva, ¿estamos mal hechos? O lo que es más importante aún, ¿cómo es posible que nos hayamos equivocado tanto? ¿Puede ser que la razón no sea el que estemos “mal” hechos sino más bien el que estemos interpretando todo mal?
            Me sigo preguntado, ¿qué pasaría si siguiera a mi corazón en vez de seguir “los patrones” que se supone que tengo que seguir? Cabría la posibilidad, de que seguir a mi corazón fuera lo que me hace feliz, y dejar de escuchar a las voces de mi cabeza podría darme la posibilidad de liberarme de mi prisión.  En tal caso, ¿a qué estoy esperando?

            Se que la mayoría de las personas se hacen las eternas preguntas de dónde venimos y a dónde vamos, eso la verdad a mí personalmente me trae sin cuidado, me da exactamente lo mismo, porque de lo que soy consciente es del momento presente, lo que pasó antes de nacer yo o lo que pueda pasar después de que mi cuerpo muera, me trae sin cuidado. Pero si me hago muchas preguntas acerca de que si tengo la constante necesidad de sentirme bien, de ser feliz y además desde que tengo uso de razón, ¿qué me impide conseguirlo? ¿Será la sociedad que ni siquiera se da cuenta de que existo? ¿O será algo más grande y loco como yo misma? La misma que decide cada paso, la misma que tiene anhelos que a veces, por simples que sean llegan a ser inalcanzables. ¿Será por mí y mi negación a que me desprecie un entorno por no hacer “lo correcto”?

            Mucha gente que me conoce se enorgullece de decir lo buena persona que soy, pero si os digo la verdad, no lo creo en absoluto, para nada, todo lo que haya hecho y llegue a hacer es movido por un deseo incontrolable de reconocimiento externo, necesito que la gente me diga que tengo un gran corazón, y que soy  muy buena. Cuando me centro en esta cuestión, me doy cuenta que la causa más probable es que al ser una hija no deseada y no buscada nací con el sentimiento de necesidad de que se me reconociese. Y es el mismo deseo que me ha perseguido durante toda mi vida, y me incita a ser más y más buena para demostrar a mi mamá que merecía vivir, y que iba a hacer grandes cosas. Nada, ni caso, todo mentira, vine porque vine, y caí en la familia que tenía que caer, punto, todo lo demás son paranoias de mi cabeza para darme una razón para vivir. Cuando en realidad, no necesito una razón para estar aquí, ni siquiera tengo una razón para escribir, simplemente me apetecía y si sigo sin hablar de todo lo que hay en mi cabeza, acabaré volviéndome loca, es más, no creo que haya nadie (a parte de mis amigos) a quien le interese realmente lo que yo pueda llegar a pensar y a decir. Pero siento la necesidad de escribir, y como me comprometí (o conecté) mi pensamiento con mi corazón, pues si el corazón me dice, escribe anda que me vuelvo loco, pues yo voy y escribo.
            Descubrí hace años ese dicho de que todo lo que pasa a tu alrededor es lo que estás creando con tu pensamiento. Es cierto, si le añades las emociones. Cuando entendí  que las emociones nacían de mi cerebro inconsciente, entonces me puse a estudiar el inconsciente, ese gran universo en un espacio tan pequeño, algo maravilloso y perfecto, donde no hay errores, ni equivocaciones, todo está programado. No me alcanzaría la vida para descubrir ese universo, pero con lo que fui aprendiendo, fui entendiendo y voy amándolo cada día más. Y me ayudó a descubrir que es lo que está pasando en mi vida y qué es lo que me está entorpeciendo en mi deseo de ser feliz, y aunque es un trabajo continuo, es un trabajo sensacional, esta es la forma de aprender a conocerme a mí misma, entender por qué actúo como actúo, por qué soy como soy, quién soy en realidad, aprendo a respetarme, a no regañarme, a no juzgarme, a darme caprichos, incluso a veces me doy palmaditas en la espalda. Aprendo a ser YO, y a cuidarme y amarme. Eso que para una gran mayoría, no solo no es posible, si no que no saben cómo hacerlo. Bueno quizás las historias de mi cabeza te ayuden a encontrar nuevas ideas, o a sacar viejas ideas que desechaste y puede que fueran las buenas para ti. 

Vente conmigo a este viaje al interior!

domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Qué implica ser feliz?


        Ser feliz implica renunciar a todas tus creencias sobre la vida, el amor, el trabajo, la familia...en general, traicionar a todas tus creencias e ideas de lo que debería ser o deberías hacer en tu vida. Por eso no es nada fácil, y a muchos les parece imposible e inadmisible. A lo largo de la historia de la humanidad, se ha estado en la búsqueda constante de la felicidad, o del santo grial, del elixir de la eterna juventud o de la ciudad dorada...siempre el humano busca, de alguna forma, lo que le hará salir de su estado vegetativo de vida para alcanzar, el "éxito" soñado, siempre luchará por un modo de vida mejor, por la superación personal, lo malo es que siempre se busca de manera ficticia. Es decir, busca dentro de los patrones de la sociedad, lo que se supone que es alcanzar la gloria, y eso supone un fracaso tras otro en tu propia vida.


        Perseguir sueños viejos, incluyen millones de ideas y parámetros que siempre aciertan en fracaso, creencias ancestrales que por supuesto, no nos valen en absoluto. Buscar la felicidad, es un trabajo exclusivo y propio de cada ser humano, pues lo que me hace feliz a mí, seguramente no te haga feliz a ti. Por eso, no puedo ni debo en absoluto, entrometerme ni en tu forma de vida, ni en tu forma de buscar el santo grial. Pero si puedo ver claro, que tu santo grial estará seguramente equivocado, estarás buscando las metas y las ideas de personas que no supieron encontrarlo. Nos hacemos unos mapas mentales, donde "consideramos" que es lo mejor para nosotros y para nuestra vida, y simplemente estamos creando esas ideas o pensamientos como las decisiones o las metas que nos ponemos en la vida. Y otra vez digo, están equivocadas, porque a día de hoy está claro, que viejos pensamientos ya no nos valen, que los mapas mentales de padres y abuelos se han quedado obsoletos, de hecho, son éstos mismos los que nos han llevado al caos y la desesperación, no viendo ninguna salida viable.


       

         Éstos son indudablemente, las creencias que no nos dejan avanzar en la vida, que no nos dejan ser felices, que nos impiden creer en un mundo mejor, y nos anclan a una crisis existencial absolutamente desagradable. ¿Cómo eliminar esas barreras? Y hay algo que quiero dejar muy claro, es lo único que nos impide ser felices, incluso cuando abiertamente renegamos de esos mapas mentales antiguos, no somos capaces de ir contra ellos, porque eso es traición, traicionamos a nuestros progenitores, traicionamos a la sociedad, traicionamos las ideas y pensamientos del mundo entero, y eso, te lo creas o no, para tu cerebro o para tu yo interior es inaceptable, es ir en contra de ti mismo, y si hay algo dentro de ti que según estás leyendo te dice que eso es mentira, y que esto no es cierto, entonces es exactamente lo que te pasa, aquí es donde aflora tu ego para controlarte y mantenerte en tu, famosa llamada "zona de confort", allí de donde si se te ocurre salir, incurrirías en traición y ego debe mantenerte en su estado. Por supuesto, un estado que no es nada beneficioso para ti.


        Así que, alcanzar los sueños de grandeza y conseguir todo el dinero que podamos soñar, no siempre es (casi nunca) nuestra verdadera meta en la vida, pues si te fijas bien, parece ser la meta única de casi el cien por cien de la población que habita la Tierra. Si no es una meta de modo abierto, interiormente todos deseamos eso, ya que nos "programaron" en lo que se creía era la mejor forma de vida. (Demostrado que no lo era, lo de pensar que el éxito y el dinero nos daría la felicidad, esa idea solo nos provoca agobio ya que la vemos inalcanzable)


         Entonces, ¿cómo eliminamos las barreras y cómo descubrimos nuestra propia felicidad? Fácil, facilísimo, renunciando, porque se acabó vivir la vida de nadie, dar por zanjado el tema de los ideales del resto del mundo, se acabó pensar qué es ser un fracasado y qué es ser una persona de éxito, se acabó creer que si no eres famoso no eres nadie, se acabó creer que necesitas mucho más dinero del que tienes para vivir, se acabó creer que la vida de cualquiera es mejor que la tuya, (eso lo creas o no es pura envidia, por eso te hace sentir tal mal), se acabó perseguir sueños que no fueron soñados para ti y de cumplir expectativas que nada tienen que ver con tu verdadera naturaleza. Puedes hacerlo a voz en grito o por escrito, traiciona y renuncia a las creencias tradicionales, puesto que cada uno debe escribir su propia historia y no continuar o alcanzar la de otro, pues así no vas a conseguir tu propia felicidad ni la de nadie más, eso que te quede claro, solo vas a conseguir que tu ego engorde y se recree en que has conseguido ser lo que él quería y te olvidaste de ti mismo, si esto es lo que quieres, adelante, pero no me digas que no lo intentaste, porque estás bien así como estás, porque no es verdad, es una gran mentira, otras de las creencias que se nos han clavado, siempre decir que todo va bien y que no pasa nada, cuando la realidad es: que estamos hartos de vivir como vivimos, estamos enfadados y contra el mundo, porque le echamos la culpa de que no nos vaya bien, y por eso también vivimos agotados.



Después de renunciar a todo eso, es cuando nos sentiremos por fin libres, libres o vacíos, depende del momento, después de esto nos encontramos en un abismo donde no sabemos muchas veces ni quiénes somos ni a dónde queremos ir.... Este es el momento perfecto, para empezar a encontrarnos a nosotros mismos, escuchar nuestros propios pensamientos, escuchar nuestros verdaderos gustos, descubrir nuestras  emociones de verdad, las reales no las interpuestas, ahí es donde todo comienza de nuevo. Esta es la forma más maravillosa de empezar una nueva vida, de verdad, con nuevas creencias, nuevas emociones, nuevas ideas y nuevos propósitos. Llegar aquí no es fácil, y no todos estarán dispuestos, pero a quién se anime le digo, le confirmo y le aseguro, que encontrará la felicidad, la paz, la tranquilidad y el sosiego que es beneficioso para la salud, el bienestar, y la libertad soñada. A partir, de aquí, se abrirá un mundo nuevo repleto de infinitas posibilidades a elegir la que más te llene, la que más te guste o la que más te apetezca. Y a partir de aquí el éxito está asegurado, de hecho, ya lo has conseguido, ser libre y tú mismo, y a descubrir un mundo nuevo.


        No es una ilusión (al menos no más que cualquier otra) es una realidad, y es el camino a la felicidad que todos soñamos.



        No se trata de un sueño inalcanzable, se trata de un cambio de paradigma.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cambiar o no cambiar, he ahí la cuestión


     Llega un momento en la vida en el que no te sientes bien, ni contigo misma, ni con tu entorno en general, aunque seguro encuentras cosas en tu vida que no cambiarías por nada, aun así no te sientes bien y quieres dar un giro a tu vida, darle la vuelta entera, hacer lo que quieras hacer sin que nadie te frene, y dedicarte a las cosas que te hacen sentir bien. Empiezas a pensar que tu trabajo no es el que realmente deseas, igual hasta lo "odias" pero te aguantas y vas cada día a trabajar intentando dar lo mejor de ti. Esta incomodidad te mina por dentro, pero no eres capaz de decir "no quiero este trabajo", solo eres capaz de justificarte, diciendo una y otra vez, por lo menos tengo un trabajo y un sueldo a fin de mes, tengo que pagar las facturas y he de mantener comida en mi casa. Crees que es lo normal, lo que todo el mundo hace, y tu obligación hacerlo, aquí no valen sueños, ilusiones, deseos o fantasías, porque este es "el mundo real".


     Entonces aparece la Ley de la Atracción, y aprendes que tu realidad la crean tus pensamientos, y que es posible crear cualquier cosa en tu vida con tan solo pensarla y desearla, te dice que puedes cambiar tu realidad y ser feliz. Y empiezas a informarte más y más sobre ese tema, encuentras libros, frases, gurús, documentales y miles de cosas que te siguen hablando de tus pensamientos y de tus emociones, como hacer afirmaciones y cómo visualizar lo que deseas en tu vida. Empiezas a practicar y ves que al principio parece que funciona, pero que después se vuelve a desvanecer, para volver a sentirte como te sentías antes, y lo vuelves a intentar, porque imaginas que algo no has hecho bien, porque a otros les funciona y a ti no.
     Vuelves a empezar, y más o menos todo se vuelve a repetir, entras en un círculo donde "a veces" consigues que se cumplan algunos de tus deseos, pero nunca llegas a la totalidad. Llegas al desánimo, y a veces a la desesperación, y solo una idea en la cabeza, ¿qué es lo que estoy haciendo mal?

     Encuentras gente que se dedica a enseñarte cómo conseguir todo aquello que deseas en tu vida, por supuesto, por un módico o no tan módico precio, queda en ti invertir o no, pero suele ser que si, ya que estás en la búsqueda de tu felicidad, estás en el camino al éxito, y necesitas un empujón. Sin embargo, sigue pasando el tiempo, y aunque vuelves a notar algo de mejoría en algunas cosas, sigues exactamente atascada en tu búsqueda. Atascada, desanimada, harta y sin ganas de perseguir sueños, en realidad, los sueños se convirtieron en pesadillas, vuelves a sentir las mismas emociones que cuando te veías atrapada en un trabajo y una vida que no te gustaba, y sigues preguntándote que estás haciendo mal, y de que ha servido todo esto.....porque solo ha cambiado el escenario y tu forma de pensar mas no las emociones.

     ¿Qué hacer ahora? ¿Cómo hago para quitarme todo aquello que no me deja avanzar? Lo primero, darte cuenta de que no hay nada que se pueda quitar o eliminar, estamos en un mundo de creación, por lo tanto, hay que crear, y lo que hay que crear no son visualizaciones o afirmaciones, mas que nada porque nunca nos las creemos de verdad, solo deseamos hacerlo. Hay que crear, Nuevas Creencias, ya que las creencias son las que están gobernando tu vida, las creencias y las emociones que te generan dichas creencias, éstas provienen de la mente inconsciente, por lo tanto, dices y haces cosas de forma inconsciente y que pareces no poder controlar. Aquí es donde aparece tu ego gritando que salirte de tus creencias hará que las cosas te vayan peor, pero no es así. Crear nuevas creencias implica renunciar a ser todo lo que has sido o creído hasta el día de hoy, significa entrar en una dimensión nueva donde dejas de controlar que el mundo sea lo que tú quieres que sea, y dejas que surjan nuevas emociones, mareos, dolores de estómago y cabeza que indican que nada es igual que antes. Nuevas creencias, nuevas emociones, y mientras ¿que hacemos con las viejas creencias? Abandonarlas, dejarlas a su suerte, y mientras empezar a escucharte en la realidad que piensas que no suele ser la que hablas.

     Si no te gusta (otra vez) la vida que llevas, dilo, di que no te gusta lo que has conseguido, reconoce que la vida no es tan maravillosa como habías creído que iba a ser, di que estás enfadada, que estás harta, que a veces piensas que todo lo que hiciste no sirvió de nada (aunque es evidente que si ha servido), reconoce en tu interior y en tu mundo exterior, la realidad que sientes, tal cual, sin tapujos, si no empiezas por ahí no vas a ser capaz de cambiar, se acabaron las afirmaciones y las frases positivas, y el decir una y otra vez que todo va bien e irá mejor, porque lo que importa es hoy, es ahora, es lo que sientes y es lo que piensas, y cuando eres franca, abierta y clara en tus palabras y armonizan con tus emociones, se abre una nueva puerta y ese es el momento de empezar a crear nuevas redes neuronales, deja de luchar, deja de perseguir, deja de intentar, deja de agotarte y de obligarte a ver lo que quieres ver pero no sientes de verdad. Coherencia, esa es la clave, busca tu coherencia, si crees que tu marido es un desastre, pues lo es, dilo así, si tus hijos no son lo que esperabas que fueran, pues dilo, si tu trabajo te agobia, dilo, si no soportas a una amiga, dilo, y lo mejor de todo, tan solo debes reconocértelo a ti misma, reconoce donde estás, reconoce que piensas y sientes en realidad, y sin miedo y sin juicios, eres lo que eres, sientes lo que sientes, y así es, se acabó esforzarse, no debes intentar cumplir, ni intentar esforzarte en sentir.

     Siempre habrá buenos momentos, siempre habrá días felices

Seguimos en contacto....!
I Love You

martes, 17 de junio de 2014

Cuando el Miedo te Paraliza

           Tengas o no tengas ganas de vivir, algo muy superior a ti te empuja a la resistencia, a continuar, a aguantar cada día sea bueno o sea no tan bueno. A veces, te levantas esperando que la vida te de otra buena razón para continuar, porque a veces fallan las fuerzas y las ganas. Y sin embargo, gracias a Dios y muchas veces sin saber por qué tienes un programa muy fuerte en tu mente de supervivencia, y aunque esto nos mantiene vivos buscando ilusiones nuevas, creando ganas de vivir, y proponiéndonos metas para tener un camino que avanzar...no es suficiente, ya no nos vale con sobrevivir, deseamos algo más y mejor.

            Todos y cada uno de nosotros tiene un deseo, un sueño mucho más grande que él mismo, algo que siempre está en nuestra mente y con lo que a veces nos gusta soñar despiertos.  Un sueño que sabemos podría ser absolutamente real, porque es algo que tiene vida propia dentro de nosotros mismos, algo que nos llena y al hacerlo y cumplir nuestro deseo, aunque sea a pequeña escala, nos eleva como personas, nos llena el alma, hace que el tiempo/espacio desaparezca, nos motiva y nos lleva a un mundo distinto del que conocemos como real. Este deseo es lo que llamamos sueños, ilusiones, y mal entendemos, porque la mayoría de nosotros creemos que son inalcanzables, y que mucho menos nos servirían para llevar una vida plena. Y si alguna vez, nos da por intentar alcanzarlos, en el camino encontramos miles de "razones" para no seguir tras nuestros sueños.


            De esas miles de razones, yo las resumo en una razón, la más grande y poderosa que nos invade y nos causa las otras miles, el miedo. Que al fin y al cabo no nos sirve para nada si queremos alcanzar nuestros deseos e ilusiones, pero es la única que vale para paralizarnos ante la idea de conseguir lo que realmente deseamos.

            Tenemos una mente consciente muy engañosa, nos auto-convencemos a lo largo de la vida, para creernos cuales son nuestros verdaderos sueños y deseos, dependiendo de nuestras creencias y de nuestras vivencias, valoramos las posibilidades para alcanzar cierto éxito en la vida, y determinamos a qué consideramos tener éxito. Después de este engaño, nos dedicamos a vivir para alcanzar ese éxito deseado, y normalmente lo alcanzamos, pero no nos satisface, no nos llena de emoción o de felicidad, todo lo contrario, nos llena de pesar, tristeza y desolación, y siempre llega ese momento en la vida, en el que nos preguntamos; ¿qué es lo he estado haciendo? ¿es esto lo que yo quería? Si es lo que quería, ¿por qué no me siento bien por alcanzar mis metas? Estas preguntas tienen una respuesta rápida y clara, porque no hemos estado haciendo nada de lo que realmente deseamos, nos hemos encargado de ir caminando por la vida intentando aprovecharnos de cualquier situación o persona que pudiera llevarnos hacia la meta que nos habíamos propuesto, sin siquiera, pararnos a pensar, si era realmente lo que deseábamos o si merecía la pena coger un atajo.

            Y aquí empiezan otra vez las dudas, las "razones", y las justificaciones que nos llevarán a no seguir intentando alcanzar nuestros deseos o sueños.

            Para cambiar el paradigma del DESEO

         Primerísimo, analizar muy bien nuestro interior hasta descubrir cuál es nuestro deseo y cuáles son nuestros miedos. Forma de hacerlo: observarnos en nuestra vida cotidiana apuntando en una lista:

 1. Qué es lo que me hace sentir bien.

2. Qué es lo que no me hace sentir bien.

3. Qué es lo que me hace evadirme del mundo y cuando lo hago siento que ha desaparecido el espacio/tiempo. 

            La lista número 2, que será la más rápida de rellenar ya que estamos muy centrados en ella, la analizaremos y la desglosaremos más adelante, porque lo primero que necesitamos son las cosas que estén apuntadas en la lista número 3, hacer las listas número 1 y 3 llevará más de un rato, y más de un día, tal vez necesites varios días, poco a poco, no hay prisa, y van a ser las canalizadoras  de activar nuestros sueños. La lista número 2 nos va a servir para eliminar todo aquello que nos paraliza (miedo al fin y al cabo).

            Ahora os voy a pedir una cosa, mandarme todas las listas número 2 que halláis escrito, y así iré ayudándoos a eliminar cada una de las reacciones del miedo, mientras las voy recibiendo y escribiendo sobre ellas, yo misma, voy a generar la lista que yo tenía tiempo atrás, y de la que afortunadamente fui tachando las palabras y ya no queda ninguna.

            Próximo blog; Eliminando los miedos...


            Hasta entonces, namasté!